
La actuación es una operación mental
Luis de Tavira dividió su propuesta en tres partes: trabajo de indeterminación, el discurso sobre la pasión con ejercicios de improvisaciones planeadas y la reflexión teórica sobre la poética del actor. Como en los dos casos anteriores, reducir un taller de seis días a unos cuantos párrafos es imposible, pero en este caso el problema se agudiza más porque mucho de lo ofrecido por Luis es teórico y en extremo complejo y paradójico lo cual hace que sintetizar sea casi banalizar, pero hacemos el intento, asumiendo el riesgo.
El trabajo de indeterminación se podría dividir a su vez en tres partes (sólo para efectos de explicación ya que son indisolubles). Trote en grupo que termina con el ejercicio de yoga de saludo al sol, caminar en acción y ejercicios de improvisación sobre la indeterminación. Los participantes iniciaban trotando media hora con el objetivo de hacerlo juntos a ritmo grupal y terminaban saludando al sol, también juntos, para iniciar el caminar.
Para Tavira caminar se convierte en el medio a través del cual pasa toda la teoría teatral, todas las tareas y objetivos, es la esencia el ser actor/humano.Se inicia con un caminar neutro y el ejercicio es guiado por Luis quien exhorta, insiste, alude, empuja e incita con sus palabras a un estado mental específico y a un alerta físico. Así: "camino porque puedo, porque quiero y porque soy. Soy este caminar y al caminar soy". La ficción que es producida en la mente del actor, se hace realidad a través de ese imaginar del actor y luego, como realidad que es, influencia al actor mismo. El estímulo de toda acción debe estar afuera porque sólo las cosas pueden afectar a la actriz, no los sentimientos ni las ideas; la tarea es estar, no sentir. Una de las indicaciones es la creación de un punto que está afuera de una pero que "existe porque lo miro y lo miro porque existe". Luis dice que es imposible hablar de teatro sin hablar de paradojas, todo es y no, a la vez. Tavira lleva a la práctica, con este ejercicio, la metafísica en acción de Artaud.
Durante la semana, como parte de la indeterminación, Luis propone ejercicios de movimiento libre donde la actriz lleva al máximo una imagen que ha convertido en ficción y para los cuales él ofrece una música como una provocación y no para realizar un baile, una coreografía ni una mímesis de la misma. Por ejemplo: "es un sueño con las características que esto tiene: no es una historia sino que se pasa de una cosa a otra. Al inicio es individual pero luego, los otros son parte del sueño mismo; al terminar la música termina el sueño". Este trabajo iba acompañado de música circense. Este tipo de ejercicio se hace luego del caminar neutro y el trabajo con el punto, incorporando la manera de ser/estar que tienen los actores durante este segmento y estableciendo la realidad que Tavira sostiene que "la única fuente inagotable de energía para el actor es la ficción".
Los participantes, en este caminar casi obsesivo, estaban obligados a estar presentes en el cuerpo, en el instante, pues Tavira irrumpía con órdenes que debían cumplirse inmediatamente: "media vuelta, cambio de dirección, de puntillas". Este ejercicio, trabaja la presencia escénica a la vez que obliga a un estar presente con la ficción y con el momento.
Para la segunda parte del taller Luis ofreció, como antecedentes imprescindibles para establecer un lenguaje en común, tres días sobre el discurso de la pasión y algunos aspectos del método de creación de personaje, de situación y de circunstanciación.
La relación entre el teatro y la pasión es indisoluble porque la entrega tiene la misma valencia en ambos. Tanto en el amor como en el teatro hacerlo implica dejar la mediocridad porque "eros llama a thanatos y por lo tanto se acerca a la muerte". En ambos se llega al extremo, a lo radical, hasta agotarse. El amor pasional es confrontacional y agónico, es un combate a muerte. El ejercicio consistía en decirle a otro "yo te amo". La evaluación era saber si "amó realmente". Aparentemente sencillo implica un darlo todo bajo un control absoluto de las circunstancias, un salto en el vacío. "Yo te amo" como una declaración de guerra y de deseo de entrega total por parte del otro, que es en el fondo un imposible y por lo tanto una lucha. Estas tareas eran preparados por todos sin saber cuando harían la representación frente a los compañeros. Cada ejercicio provocaba una discusión de la teoría vista antes: situación, objetivos, dramaturgia del actor, conflicto dramatizado o no, bifrontalidad adecuada (personaje/actor), circunstanciación.
En las noches se desarrollaba la teoría sobre la poética del actor. La misma está íntimamente relacionada con el discurso de la pasión y con los ejercicios de indeterminación por lo que podemos hablar de que eran conclusiones teóricas de la práctica realizada durante el día.
Tavira plantea que el teatro se ha perdido en el esfuerzo por encontrar un lenguaje y desarrollar una técnica ya que ha dejado de lado la poética misma, el para quién y cómo hace teatro el actor. Esto es que hay que construir al espectador y en esa construcción construirse uno mismo y responderse a por qué se hace teatro. Es en esta reformulación que Tavira encuentra una propuesta del teatro a la sociedad de consumo que nos consume lo esencialmente humano.
El teatro es ante todo una manera de pensar y de pensarse a sí mismo, una manera de estar frente a los espectadores. En ese pensar hay una aproximación específica de conocimiento de la realidad. La especificidad del teatro, su forma única de preguntarse el mundo, es lo que hay que rescatar; basándonos en la importancia que Artistóteles le otorgó al teatro como manera de revelarle a los seres humanos cosas de sí que no podría descubrir de otra manera.
Tavira propone una relectura de la poética de Aristóteles, aclarando algunos conceptos que han sido leídos confusamente a través del tiempo. Uno de estos es el término mimesis el cual se ha traducido erróneamente como imitación cuando en realidad significa "la representación de la realidad; donde representar es que, con la cosa presente, hago presente aquello que está ausente".
El otro concepto es el de verosímil el cual erróneamente se ha traducido como "algo creíble", cuando en realidad es "una cosa que no es la cosa sino una transformación; aquello que contiene la verdad que la cosa no posee". El personaje es el simil capaz de contener la verdad del espectador que el espectador no tiene.
Paradójicamente, "el actor es el continente de la verdad del personaje, por eso debe vaciarse, para que le quepa la verdad".
Con esa última frase enlazamos los tres talleres porque nosotros planteamos que ese vaciamiento, similar a lo que Grotowsky llamaba la vía negativa, podría hacerse a través de ejercicios de entrenamiento rigurosos, precisos y claros, como los presentados en los tres talleres. Con el taller de Luis el grupo, conformado durante las tres semanas de "Aprendiendo a Aprender", tenía acceso a una serie de planteamientos teóricos que les permitirá ubicar los ejercicios específicos en un marco más amplio de reflexión.